A los Secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, Ciudadanos Generales y Almirantes de las Fuerzas Armadas reitero el honor, compromiso y responsabilidad que me significa este acto.
Estas armas son forjadas con valentía y las convicciones de cada soldado y de cada marino. Se fundieron con el metal de la lealtad, y el temple, de los hombres y mujeres que sirven a México con su vida.
Sin duda estoy consciente de todo lo que simbolizan: me refiero a los principios, y los valores del Ejercito, la Fuerza Aérea y la Marina Armada de México.
Los soldados de México están con nosotros, y con todo México. En tierra, mar o aire todos los días construyen un mejor país. Por su valor y solidaridad, se han ganado la admiración, el respeto y el afecto de los mexicanos.Los exhorto a seguir respaldando los esfuerzos del Gobierno de la República para alcanzar las cinco grandes metas nacionales, protegiendo a la sociedad y los intereses de la nación.
Leales, por su honor y su palabra, militares y marinos dejan en prenda su Espada y su Sable de Mando, refrendando su lealtad institucional.
En reciprocidad, habré de ejercer el mando con plena responsabilidad y patriotismo, con convicción democrática y absoluto respeto a los Derechos Humanos, velando, en todo momento, por el bien de la Nación.
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